¿Qué es la Edad del Cobre? Resumen

La Edad del Cobre, entre el Neolítico y la Edad de Bronce, introdujo la metalurgia, intensificó la producción y creó sociedades complejas.

¿Qué es la Edad del Cobre? Resumen

La Edad del Cobre, también conocida como Calcolítico, es una fase de la prehistoria que se sitúa entre el Neolítico y la Edad de Bronce. Durante este periodo, se empezó a utilizar el cobre, inicialmente en su forma nativa, sin fundir. Al principio, los humanos trabajaban el cobre mediante técnicas de martillado en frío, una práctica que aún no era considerada metalurgia. Sin embargo, con el tiempo, la mejora en las técnicas cerámicas permitió experimentos con procesos metalúrgicos, lo que llevó al dominio de la fundición del cobre y la creación de aleaciones como el bronce. También se usaban otros metales preciosos como el oro y la plata.

Desde antes del VI milenio a.C., se han encontrado artefactos de cobre en regiones como Turquía y el norte de Irak, donde el cobre fue trabajado en frío o con un leve calentamiento para darle ductilidad. Evidencias claras de fundición, como las escorias de cobre, aparecen en sitios como Çatalhöyük en Anatolia alrededor del 6000 a.C. En los milenios siguientes, la fundición del cobre se extendió por el sur de Anatolia, Irak, y los Zagros iraníes. Para el IV milenio a.C., la metalurgia del cobre se había desarrollado notablemente en los Balcanes y el sur de la península ibérica, conectando estas innovaciones con las culturas de Los Millares y Vila Nova.

En América, la fundición del cobre se remonta al principio del I milenio a.C. en los Andes, donde se realizaron aleaciones de cobre con plata y oro, principalmente para crear objetos rituales o de prestigio. Fue en el Periodo Horizonte Medio (600-1000 d.C.) cuando el cobre comenzó a utilizarse para fabricar objetos utilitarios de bronce en diversas aleaciones.

El Calcolítico no solo se identifica con la introducción de la metalurgia, sino también con varios procesos significativos como la intensificación agrícola, la especialización artesanal y la estratificación social, que dieron lugar a las primeras sociedades complejas en el Mediterráneo oriental. La metalurgia, aunque una innovación importante, no requería técnicas especiales más allá de las que ya se usaban en la fabricación de cerámica. En este periodo, hubo un aumento de la productividad agrícola, facilitado por el uso del arado y técnicas de regadío, así como un incremento de los intercambios gracias al carro.

Este aumento de la producción y la diversificación de los intercambios contribuyeron a una mayor complejidad social, con el surgimiento de jefes estables que controlaban los excedentes, generando así las primeras grandes desigualdades. Este proceso llevó a un crecimiento demográfico y a la formación de asentamientos proto-urbanos con estructuras jerarquizadas. La metalurgia también influyó en las mitologías calcolíticas, con deidades que representaban el poder transformador del metal. Este periodo vio la emergencia de una cultura ritual rica, con ceremonias dedicadas a divinidades y cuerpos celestiales, y la creación de santuarios como los encontrados en Ein Guedi, Teleilat el-Ghassul, y Gilat.