¿Qué pasó en la revolución neolítica?

La revolución neolítica transformó la vida humana de nómada a sedentaria, introduciendo la agricultura y ganadería, con importantes consecuencias culturales y de salud.

¿Qué pasó en la revolución neolítica?

La revolución neolítica representa la primera gran transformación en la vida de la humanidad, marcando el paso de una existencia nómada a una sedentaria. Este cambio se fundamentó en el desarrollo de una economía productora basada en la agricultura y la ganadería. El término fue acuñado por Vere Gordon Childe en 1941 para describir este importante proceso.

Esta transformación ocurrió hace aproximadamente 7000 años, durante el VIII milenio a.C., en respuesta a una crisis climática al inicio del Holoceno, tras la última glaciación. El cambio cultural se refleja en la transición del Paleolítico, caracterizado por el uso de piedra tallada, al Neolítico, que utilizaba piedra pulida. Los primeros indicios de esta evolución se encuentran en la región conocida como el creciente fértil, que abarca desde el valle del Nilo en Egipto hasta Mesopotamia, pasando por la costa del Levante mediterráneo y el sureste de Anatolia. Importantes yacimientos arqueológicos como Jericó y Çatal Hüyük demuestran estos cambios.

Posteriormente, transformaciones similares ocurrieron en otras partes del mundo, como en la India, con los ríos Indo y Ganges, y en el Extremo Oriente, en China, con los ríos Huang He y Yangtze. La difusión de estas innovaciones agrícolas y ganaderas se extendió por Europa, Asia y África, con adaptaciones locales. De manera independiente, en América surgieron centros de desarrollo agrícola en Mesoamérica y la región andina. En Oceanía, la expansión de la agricultura coincidió en algunos casos con la llegada de los primeros pobladores, mientras en otros lugares las prácticas agrícolas permanecieron rudimentarias hasta la colonización europea.

Las evidencias arqueológicas sugieren que antes de la revolución neolítica, los seres humanos no sufrían de enfermedades crónicas. Sin embargo, con la adopción de la agricultura y la inclusión de cereales en la dieta, surgieron diversas consecuencias negativas para la salud, muchas de las cuales persisten hoy en día. Estas incluyen deficiencias nutricionales como la anemia ferropénica y trastornos minerales que afectan huesos y dientes. Además, aumentaron los problemas neurológicos, psiquiátricos, la obesidad, diabetes tipo 2, aterosclerosis y otras enfermedades crónicas o degenerativas.

Un efecto similar pudo haber ocurrido con animales domésticos, como perros y gatos, que evolucionaron junto a los humanos y compartieron cambios en sus hábitos alimenticios. La revolución neolítica, con todos sus avances y desafíos, sigue siendo una de las transformaciones más significativas en la historia de la humanidad.